Cuidado y te machucas las...

jueves, 29 de marzo de 2007

Cosas como estás son inentendibles...

lunes, 26 de marzo de 2007

...en un país del 1er. mundo.

La culpa de la poca accesibilidad a una vivienda en España, ¿de quien es?...¿sueldos bajos, precios inflados, mala política?...¿o habitantes conformistas?.

No me gusta meterme en la política de aquí, pero definitivamente algo se ha estado haciendo mal desde antes y esto es una consecuencia directa.

Existen planes en particular para que los jovenes adquieran vivienda con ciertas facilidades, pero estos resultan una completa lotería, y obviamente no alcanzan a cubrir las necesidades reales cuantitativas de la situación actual.

También hay que admitir que muchos se quejan pero no se esfuerzan ellos mismos en buscar mejorar su situación, queriendo que las cosas les sean exageradamente fáciles, le caigan del cielo. Yo se que a mis padres les costó una y parte de la otra pagar una vivienda, sacrificios de años, privaciones. Y es que comprar un aposento propio no es sencillo. La cuestión es no llegar ni a un extremo ni al otro.

No quiero que me regalen nada, pero tampoco quiero cosas imposibles.

Dilemas laborales.

Últimamente me he sentido un tanto obstinado en el trabajo. No es que tenga demasiada carga, ni que me obliguen a quedarme hasta tarde (ya que por mi master salgo mas temprano que los demás...claro, también me pagan menos que los demás por eso), sino que quizá este culminando otro ciclo.

Me explico: Yo trabajo en consultoría, es algo que decidí entrar hace ya casi unos 3 años porque se me presentó la oportunidad, y se veía interesante. En la consultoría, uno no tiene mucho contacto directo con el cliente, al menos no en el área en la cual me desempeño. No puedes identificarte con él, no conoces gente a la cual trabajas, y solo te limitas a un grupo reducido de personas las cuales conforman tu equipo del día a día. Además, en el mundo de la consultoría hay muchísima guerra sucia entre diversas consultoras, y es muy común que cuando empieces a hacer amigos, estos se vayan marchando paulatinamente porque consiguen mejores proyectos y ofertas laborales con la competencia. En definitiva, es un mundo muy movido.

Como me ha tocado trabajar en diversidad de clientes, nunca he pasado demasiado tiempo trabajándole a uno solo en particular. Al principio, estuve año y medio en un mismo cliente, y me sentía ermitaño, me conocía absolutamente los procesos de la empresa, todos los posibles conflictos y me encontraba totalmente aburrido, ya que era un proyecto de estabilización, nada de implantación, nada nuevo iba a ocurrir. Sin embargo, durante ese año y medio frecuentemente resolvía problemas para otros 3 clientes, y a veces tenía que viajar hacia sus instalaciones, y al menos eso me hacia cambiar de ambiente uno que otro día. Luego, los proyectos siguientes a los cuales he trabajado, no he pasado mas de 6 meses en una misma instalación o puesto de trabajo. Eso me gusta, porque me considero una persona de ciclos, ofrezco mis conocimientos, me retroalimento de cada caso que me llega, y casi siempre cuando ya no tengo mucho que aprender, me terminan cambiando a otro cliente, o yo termino cambiándome de consultora.

El caso es que de alguna forma siento que estoy cumpliendo un ciclo aquí en mi actual trabajo. Ya varias amistades que había creado en mi equipo se han marchado, bien sea porque la consultora actual los ha movido o porque han conseguido mejor remuneración en otro lado. Casualmente llevo 5 meses y algo más en este cliente, pero me han movido físicamente un par de veces de mi puesto de trabajo. No hay nada que malinterpretar, hasta ahora me siento cómodo con el ambiente laboral, con mis compañeros, con el cliente, pero no del todo con mi proceso de aprendizaje. Aunado a esto, como estoy en una situación de estabilización como inmigrante, me conviene quedarme mas tiempo aquí para poder hacerme un curriculum algo estable en España, y así poder mostrar constancia y que mi trabajo es bueno a la hora de que me decida marchar a otra consultora (sencillo: si soy nuevo aquí, nadie conoce mucho mis experiencias pasadas ni las consultoras venezolanas, y si muestro que duré poco en una consultora, pueden pensar que ha sido por algún conflicto o porque no di la talla, aunque tenga recomendaciones). Eso en cierta forma me hace sentir atado, e impotente en cuanto a las otras oportunidades. Aparte quiero darle el grado de beneficio de la duda a la consultora a la cual me desempeño en la actualidad, ya que se han portado muy bien conmigo al contratarme estando en un proceso de trámites y confiando en mi palabra.

Un lado de mi persona es bastante conservadora. Quiere quedarse, establecer una raíces en donde me encuentro, arriesgar sueldo por estabilidad, seguridad, y comodidad (comodidad al ya conocer al cliente y saber afrontar rápidamente las incidencias), pero por otro lado, la personalidad que odia la rutina y necesita los cambios me está dando curro. Sumado a esto, tengo una opinión bastante diferente a la mía por parte de un amigo. El lleva ya en España unos 4 años, y no le ha ido nada mal a mi parecer. El me recomienda que me quede aquí, y que poco a poco progrese y vaya escalando, y que los bajos sueldos en España son comunes y que demuestre lo que se aquí y posiblemente me aumenten más. La cuestión es que el no se desempeña en mi área informática precisamente, su experiencia laboral quizá no podrá ser comparada con la mía ya que en estos momentos lo que yo hago está en una demanda muy creciente aquí (así como también en Venezuela) y puedo darme quizás el lujo de soñar con un sueldo que muchísimos españoles ni se imaginan obtener ni de aquí a 10 años.

La mayor inquietud que tengo, ya viene dada por el efecto de los Mileuristas. Aquí en España hay muchísimos cargos mal pagados, gente con muchísimos años de experiencia y siguen ganando una m* de salario. Entonces, si sigo el consejo de mi amigo, posiblemente me quede mileurista ya que si un español (el cual aquí posee ciertas ventajas a la hora de sueldos comparado con un inmigrante) no puede ser capaz de conseguir que una empresa le pague dignamente, aún demostrando por años lo que sabe, nada me asegura que lo hagan conmigo. Y la experiencia previa en Venezuela que tengo, es que si quiero algo mejor, me tengo que arriesgar y salir a buscarlo. La diferencia ahora es que estoy en suelo extranjero, no me puedo dar el lujo de arriesgarme mucho, y que tampoco conozco aún del todo la movida y como puedo manejarme para exigir mas.

Ya veremos quien gana entre el conservador y el arriesgado (por ahora van 1-31), no se para quien juega en estos momentos Ronaldinho.

1.
Conservador:
-Rechazar oferta de trabajo en México.

Arriesgado:
-Irme a Ccs. a trabajar de un día a otro.
-Casarme tan joven.
-Probar suerte en otro país.


Travesía por la Italia Meridional (4ta parte): Ciao, Napoli.

viernes, 23 de marzo de 2007

centro historicoRegresamos de Pompeya. Algo extenuados, no es fácil caminar por 5 horas seguidas por las ruinas de dicha ciudad, bajo el sol. Nos quedaba poco tiempo ya en Nápoles, partiríamos al día siguiente a las 12 del mediodía, así que no podíamos ponernos a inventar mucho. Esa noche fue tranquila. Paseamos un rato por una zona céntrica de la ciudad, para luego decidir marcharnos temprano al albergue. Compramos un vino de la Región de Campagnia y un buen queso mozzarella de bufala, especialidad de la zona. Relajados, nos sentamos en la zona de recepción del albergue y nos dispusimos a jugar unas partidas de ajedrez, comiendo mozarella y bebiendo un excelentísimo vino tradicional que nos vendieron por litro: 2 euros el litro, je.

La Galería de Nápoles La Galería de Nápoles piazza jugando ajedrez


Bueno, era ya el día de partida. Solo tendríamos chance de conocer una cosa, no podíamos extendernos mucho. Nos quedamos con la curiosidad de la vista de Nápoles desde el Castel Sant Elmo, recomendado por Antonio el mesero de la pizzería. Así que, nos levantamos bien temprano y nos dispusimos a llegar a dicho Castillo. Fue una lastima que Nápoles haya amanecido nublado, le quitaba un poco de belleza al ambiente de la costa y ponía muy fría la ciudad, temperaturas bajas. Sin embargo, no fue impedimento para seguir lo que nos trazamos.

¿Como llegar? Nápoles posee solo 2 líneas de metro, además de un sistema de transporte llamado "Furniculare". Si, eso mismo. Ni p* idea de que era, y eso era lo que debíamos conseguir para llegar al castillo. Después de guiarnos por instinto y por preguntarle a cuanto se nos atravesara en el camino, logramos llegar a la estación del Furniculare. Resultó ser una especie de "metro" inclinado en un ángulo de 45% aproximadamente, sin embargo, no era impulsado eléctricamente por el mismo (como el metro) sino por un mecanismo de poleas, como un teleférico. Era un teleférico con rieles, para medianamente describirlo. Disculpen mi ignorancia, pero particularmente yo no conocía de la existencia de este medio de transporte.

entrada del CastelLlegamos a la estación del Castillo. Caminamos y caminamos, hasta que comenzamos a ver la muralla, y la vista de la ciudad ya desde abajo era hermosa. Llegamos como a las 7:30 y estaba cerrado aún, así que nos toco dar otra vuelta buscando donde comer para hacer tiempo. Volvimos a las 8, y al parecer la entrada constaba de un tour que comenzaba desde un museo que quedaba al lado y luego con esa misma entrada pasabas a ver el castillo, cuartos, bla bla bla, y la vista. A nosotros nos interesaba la vista, no disponíamos del tiempo necesario para ver todo el recorrido. así que, nuevamente la hospitalidad típica napolitana se hizo notar: Nos dejaron pasar totalmente gratis para poder apreciar la vista y así poder irnos rápido de regreso al centro de Nápoles.



Por un descuido de mi parte borré el video que había filmado desde varios ángulos del castillo, aún me estoy lamentando, ya que a pesar de que las fotos salieron bien, no son suficientes para mostrar la grandeza de esta ciudad llena de mezcolanzas y ambientes contrastantes.

Bajamos, nos dirigimos al Aeropuerto, y por retraso de nuestro vuelo Nápoles-Milán, perdimos la conexión Milán-Madrid, y eso nos dio la oportunidad de conocer un poco de Milán. Pudimos descubrir que es cierto, la diferencia entre La Italia del Sur y la del Norte es abrumadora, parecen dos naciones totalmente diferentes, del Cielo a la Tierra. Milán, todo ordenado, árboles bien cuidados plantados en todos lados, calles perfectas. El recorrido del aeropuerto de Milán hasta la ciudad como tal era larguísimo, 1 hora aproximadamente, y en todo el camino te sentías como si estuvieras en Canadá (por los miles de árboles alrededor, zona boscosa, todo perfectamente cuidado), o en Suiza. Es más, se apreciaban los Alpes Suizos en el horizonte.

Y pues, si, la diferencia era del cielo a la tierra, y lamentablemente en la gente también. No me gusta mucho hablar mal de nadie, al menos no quiero hacerlo públicamente por este espacio, así que solo me remitiré a decirles que entre la gente napolitana y la milanesa hay un trecho que jamás podrán cruzar estas últimas. No me quedó absolutamente nada constructivo de esa sociedad, y aún no entiendo como los familiares de mi esposa que nos recibieron (muy amables por cierto, se portaron muy bien), aguantan vivir entre tanto Gucci, Versace y Praga.

Ya para concluir, solo tengo que decir que este viaje será algo que definitivamente nunca olvidaré. Tanto así, que estoy barajeando la idea de irme a vivir una temporada a Italia, buscando un equilibrio entre el orden de Milán, y la alegría de los napolitanos. La sangre llama, y a mi me llamó un montón (mi esposa esta preocupada, ya ni sabe a donde la arrastraré :p). Bella tierra, Bella Italia.



Travesía por la Italia Meridional (3era parte): Pompeya.

miércoles, 21 de marzo de 2007

En esta entrada dejaré que las imágenes y videos hablen más de lo que yo pueda decirles.

Y es que es difícil describir a la mítica ciudad de Pompeya. Admito que al principio me parecía un conjunto de piedras rescatadas por unos frikies arqueólogos, que hoy en día siguen rescatando mas y mas de dicha ciudad que al parecer mas de la tercera parte de esta aún se encuentra bajo tierra. Además, mejor que yo, lo puede hacer Wikipedia.


pompeyaNos levantamos temprano con la finalidad de averiguar como llegar a la famosa ciudad enterrada en el año 79 a.C. por una erupción volcánica, destino turístico por excelencia en la Provincia Napolitana. Además, nos fuimos temprano ya que, por ser un albergue económico, los cuartos eran limpiados de 9 a 3 de la tarde, horario en el cual no podíamos estar en las habitaciones. Comimos rápido, le preguntamos al encargado en la recepción del albergue, y nos lanzamos a la estación de metro que conectaba con el tren que después de 18 estaciones nos dejaba en Pompeya (absurdamente 18 paradas que nos daban en total un trayecto no mayor a 40 min.). Al llegar, nos ofrecieron visitas guiadas, pero nosotros queríamos explorar la mítica ciudad armados con un folleto, y una guía que mi cuñado compró (lo timaron) por 8 euros, para luego enterarse que con la entrada a Pompeya te obsequiaban una guía y un mapa.

Mi cuñado
El Timado.

yo apreciando pompeyaMis apreciaciones personales de la visita a Pompeya serían mas útiles que una reseña histórica completa de la ciudad. Una ciudad que al parecer se encontraba en la cuna de su fructífera cultura, controlada por los griegos en una gran etapa, y luego reconquistada por los Romanos en pleno auge mercantilista. Es muy interesante darse un paseo por dichas ruinas, ya que puedes imaginarte el tipo de vida que llevaban aquellos ciudadanos hace más de 2000 mil años atrás. Puedes apreciar según las excavaciones y reconstrucciones que llevaban una buena vida, o no tan precaria como otras colonias cercanas en ese momento de la historia. La población para el momento de la erupción del Vesubio constaba aproximadamente de 10.000 ciudadanos (según la visita y folletos, según wikipedia eran 20.000), entre los cuales un 40% eran esclavos de origen árabe. Tenían especies de saunas comunes, centros recreativos como anfiteatros, bares, prostíbulos y sitios de reuniones sociales entre otros. Además se muestra como una sociedad bastante civilizada y evolucionada en comparación con otras de su tiempo, ya que hasta aceras y pasos peatonales se pueden observar caminando por las calles de piedras de Pompeya. Es increíble como se notan en ciertas edificaciones, retratos completos realizados por Artistas entre el siglo I a.C. hasta el año 79 d.C., y es que aún no se hallan explicación acertada del como sobrevivieron tan vivos algunos colores y pinturas luego de un arrase total producto de la lava del Vesubio.

mi stella calle pintura entrada mas frescos fresco pintura de la fuente paso peatonal
Paso Peatonal.


restos humanosPodemos observar los restos, reconstruidos con yeso, de varios habitantes de la antigua ciudad. Se les nota la expresión en algunos casos de angustia, de saber que el final ya estaba, literalmente, en la puerta de su aposento. Y es que, en esa época, no tenían registro alguno de lo que significaba una erupción volcánica, todos los habitantes vivían en armonía y este fenómeno natural los tomó totalmente desprevenidos, tanto así que se hallaron restos cercanos al anfiteatro de ciudadanos con joyas, como si no se esperaran nada y solo estuvieran disfrutando en las calles pompeyanas.






La ciudad en sí (para ser ruinas) es gigantesca, y tiene muchisimo que ver en materia histórica. El recorrido promedio se puede tardar entre 4 o 6 horas. Nosotros estuvimos 5.

Los videos fueron tomados por mi persona. En momentos el audio falla, debido a los fuertes vientos que hay en la zona, los cuales menguan la calidad de dicho audio.

Travesía por la Italia Meridional (2da parte).

martes, 20 de marzo de 2007

Después de un viaje de 3 horas para regresarnos, nos conseguimos con un Nápoles sumido en la oscuridad. Y es que, si vienes de Madrid (una de las ciudades con mejor iluminación nocturna de Europa) te impacta un poco. Nápoles de noche, puede atemorizar al europeo turista promedio, haciéndolo huir a su hotel hasta esperar por el amanecer. Por supuesto, al venezolano promedio, esto le parece pan de cada día, así que nosotros fuimos al albergue, nos cambiamos, y como el hambre llamaba (cabe destacar que no comíamos algo decente desde el día anterior, solo un par de bocatas y unas torticas de paquete en todo el día es lo que tenía mi estomago), no había nada que nos detuviera. Además, ¡estábamos en Italia! cuna de la gastronomía tradicional, donde comer definitivamente es uno de los mayores placeres. Nos dispusimos a buscar un sitio recomendable para de verdad "catar" la comida napolitana.

Adriana llevaba varias recomendaciones anotadas en un papel, fruto de una extensa preguntadera investigativa a sus compañeras de master y a una amiga de mi cuñada que vivió en Nápoles. Después de evaluar opciones, quedamos en ir a un local que en el mapa de Nápoles se veía cercano a donde nos encontrábamos. Primer error: Nápoles NO ES PEQUEÑA.

Nos fuimos caminando, y luego de 40 min. pensábamos que jamás llegaríamos al sitio (¡pero si en el mapa se veía a solo 4 cuadras!). Caminando, creo que pasamos por la casa de algún ministro o algo por el estilo, porque dicha casa estaba rodeada en las 4 esquinas por tanquetas policiales, y los oficiales estaban armados con automáticas. Vaya, aquí se toman en serio la seguridad. Por supuesto, las calles solitarias (era un miércoles a las 11 de la noche), oscuras, y en lo único que pensábamos era en todos los comentarios de nuestros amigos españoles diciéndonos que Nápoles es súper peligrosa, la cuna de la mafia, que roban en todos lados, etc etc. aceleramos mas el paso y llegamos al sitio, cansadísimos, con un hambre abrumadora, y un poco obstinados.

Valió la pena, definitivamente. Y es que si verdaderamente quieren probar que es una buena pasta, deben ir a Nápoles a comer en Matozzi. Parecía pasta tocada por los Dioses, pero nuestra sorpresa llegaría cuando pedimos el postre, y nos traen un tiramisú..hecho con Nutella. Woooof, es una de las cosas mas exquisitas que he probado en mi vida, no tiene desperdicio alguno. También probamos un postre típico de la región, llamado "babà", es una especie de ponqué en forma de champiñón, que, haciendo el papel como de esponja absorbe todo el ron que le aplican. Cabe destacar que a la final de la comida comenzamos a buscarles plática a los mesoneros y al que parecía el dueño del local, y terminamos hablando de lo grande que es Maradona, cuanto lo quieren en Nápoles, y donde posiblemente pudiésemos conseguir una camiseta clásica del Pelusa. Confirmé lo que había escuchado, y es que Maradona allí es quizá más importante que el Papa.

Nos regresamos al albergue (otra vez a pie) preparándonos para el día de mañana. Ya Nápoles nos sonreía con otra cara, aunque teníamos el concepto de ciudad maltratada y descuidada en el cerebro.

vista desde albergueAl despertarnos, hacía un sol brillante, y tengo que admitir, me cambiaron la ciudad. Está no fue la misma de ayer, definitivamente no, ¿que ha pasado aquí?. Desde el albergue notábamos la costa (nos quedaba a 3 calles), se veía súper hermoso el Vesubio en el fondo de la ciudad. Hora de conocer verdaderamente Nápoles. nos dispusimos a ir primero a la zona del Estadio de San Paolo, donde jugaba Maradona, a ver si conseguíamos la camiseta. Búsqueda infructífera, y es que dicha camiseta es considerada un "vintage" y quien la posee, la tiene de colección. Después de dicha búsqueda, nos decidimos pasear por la costa de Nápoles en Bus, hasta llegar al casco histórico.


fermata Margellina

fermata Margellina
Estación Margellina.

Estadio San Paolo
En el fondo el Stadio San Paolo.

dulces azzurri
parada de bus

spaccanapoliAdmito, me equivoqué con Nápoles. Mamma mía, ¡que hermosa es!, es que pasearse viendo la costa, el Castel dell'Ovo, el Palacio Real, todo el embarcadero... magnífico. Al llegar al casco histórico (vía Duomo), quedamos embelesados con aquellas estrechas y confusas calles que parecían pasadizos, con cientos de tienditas con sourvenirs, restaurantes, gelaterías, gente, gente y más gente, e iglesias en todos lados (a mi parecer). Comenzamos por Spaccanapoli, un conjunto de calles que conforman la zona más famosa del casco antiguo de la ciudad. Además comimos el la pizzería que lleva el mismo nombre.


pizza! Las pizzas mundiales, gigantescas (y a 5 euros), la atención excelente, y es que la gente en Nápoles sabe como tratar al turista. Es gente muy abierta, muy dada a conversar, muy expresiva. Después de las recomendaciones de Antonio (el mesero que nos atendió y entre las cuales destacó la vista del Castillo de Sant Elmo, destino del 4to día), seguimos recorriendo todo el casco histórico. Estábamos cansados del maratón del día anterior, así que estábamos haciendo turismo light, nada de encerrarnos a ver un museo por 4 horas. No, queríamos aprovechar de ver la infraestructura, conocer el trato de la gente, caminar, apreciar, y comer :).

comida con antontio
Mi cuñado, Antonio, el burro, y mi stella.
callejuela bandera el pelusa y yo

cabello del pelusaContemplamos la Iglesia de Gesú, el exterior de la iglesia de San Francisco de Paula, la Piazza Dante (en honor al famoso escritor de "la divina comedia"),apreciamos los rascacielos de Nápoles en el horizonte, El castillo Maschio Angioino, ahora llamado centro Histórico de Nápoles (nombrado patrimonio de la humanidad por la UNESCO), la zona del Palacio Real, la galería, y muchos sitios más entre los cuales destaco principalmente la primera recomendación de Antonio, el "Bar Nilo" donde existe un altar del Pelusa con unos cabellos del año en que ganó la Serie A el equipo napolitano de la mano de este crack. Bastante anecdótico el sitio, interesantísimo.

el altar otro altar Piazza Dante

Es increíble. Nápoles se escapa de lo esperado en Italia. Es una mezcla de estructuras greco-romanas con callejuelas al estilo árabe (de seguro un español diría al estilo Sevillano, o sea, árabe), no es raro conseguirse una iglesia que denote varios estilos en su construcción, o algún monumentos con muchísima influencia griega. Es una ciudad que ha soportado la conquista Griega, Romana, Barbara, Española, y por si fuera poco, acechada siempre por una intensa incertidumbre de destrucción por erupción volcánica proveniente del Vesubio.

En otra próxima entrada relataré el viaje a la maravillosa ciudad perdida de Pompeya, y la culminación de nuestra travesía por la Italia Meridional.

Travesía por la Italia Meridional.

lunes, 19 de marzo de 2007


Todo comenzó un miércoles 07 de marzo en la madrugada, vía al aeropuerto internacional de Barajas (Madrid). Tiempo lluvioso, algo más frío que los días anteriores.

El viaje transcurrió sin novedades, una escala bastante corta en Milán, para dar paso al avión que nos llevaría a la zona Sur de la tradicional Italia. El destino estaba servido, y la aventura comenzaba.

Si me hubiesen dicho en un principio lo extenso del trayecto que estábamos a punto de realizar mi esposa, mi cuñado, y mi persona, quizás hubiésemos titubeado y descartado la posibilidad. Nuestro viaje se centraba a los confines del centro de la Italia meridional en busca de la comuna di Calvi, donde debía presentarme para finiquitar mi proceso de nacionalización como Italiano (debido a que soy descendiente directo). ¿Por que hasta allí? porque los consulados en Venezuela lamentablemente no cumplen bien su trabajo, y me urgía tener un documento que me certificara como comunitario, así que nos decidimos en emprender un viaje en búsqueda de mi carta de identidad italiana. Mas o menos así era el recorrido, en forma gráfica:

Dale click a las imagenes para verlas en tamaño original. 1
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Y llegamos a Nápoles. Vaya, definitivamente no nos esperábamos esto. El día no ayudó mucho, estaba lloviendo a cantaros, todo estaba gris, y el camino del aeropuerto a la estación principal de Metro lucía horrendo, como ir de la Bandera a Capitolio por mero centro de Caracas. Algo que definitivamente, no te esperas para una ciudad europea. Al llegar a la estación de buses y metro, nos tocaba averiguar como ir hasta el albergue donde nos hospedaríamos, para poder hacer el chequeo y partir luego a la travesía a la Comuna di Calvi, provincia de Benevento.

Luego de notar lo maltrecha de la línea 2 del metropolitano (metro de Nápoles), y tardarnos aproximandamente 40 minutos en solo 4 estaciones de metro, llegamos al albergue. Bastante bien para el precio, nada de que quejarnos. Luego, devolvernos nuevamente a la estación central de buses a ver como carrizo llegábamos al destino. Estábamos ya en contra reloj.

calvi? Cabe destacar que a pesar de lo visualmente desordenado, los medios de transporte funcionaban, y funcionaban bien. Sin embargo, el tiempo que habíamos estimado para llegar al lugar se multiplicó por 2, por las lluvias torrenciales y porque en realidad era mucho mas lejos de lo pensado. Tomamos un bus que nos dejó en Benevento, cuyo recorrido tardaría 2:30, para luego bajarnos de el y subirnos directamente a otro, donde duraríamos 30 minutos más hasta llegar a la comuna di Calvi. Si le sumas a esas 3 horas, 2 viajes de Madrid-Milán, Milán-Nápoles y una travesía para atravesar Nápoles, imagínense como estábamos. Pero no importaba el cansancio, habíamos llegado y no lo podíamos creer. Es algo que definitivamente estaré orgulloso de contarles a mis futuros hijos.

parece CalviNos encontramos en la Comuna di Calvi...vaya, luce muy bonito, parece la colonia Tovar, con la excepción de que Calvi solo es...una calle. Asombroso, un pueblo apartado del mundo, como que si ni la globalización ni MacDonalds pudieron llegar hasta él. Pensé que esos lugares ya no existían. Cuando entramos por la puerta de la administración de la comuna, nos trataron de verdad tan bien que no creíamos que estábamos allí. La gente demasiado amable, el Anagrafe (el señor que transcribe los documentos y genera las cartas de identidad) se mostró muy atento y nos estaba esperando, debido a las constantes llamadas que realizamos antes de decidirnos de partir desde Madrid. Transcurrieron aproximadamente 20 minutos, y yo ya era italiano con papeles en mano...y pensar que para esos 20 minutos, tardaron mis documentos más de 2 años y medio en salir de Venezuela.


esto es calvi

y ahora? La anécdota del momento fue cuando nos despedimos del señor y le preguntamos en donde podíamos tomar un bus que nos retornara a Benevento, para luego de allí ir a Nápoles, y este vea su reloj, note que son mas de las 5 de la tarde, y nos diga que "ya a esta hora no hay buses por aquí."..nosotros ":o :o"..."y un taxi, donde podemos tomar un taxi"...el señor responde: "este sitio es tan pequeño que ni siquiera tenemos taxis, pero la gente es muy amable y de seguro les dan un aventón a San Giorgio, y de allí esperan el bus"...pues, a pedir cola, gracias a Dios, conseguimos a un tío amable (ya no era raro, nos dimos cuenta que todo el mundo era muy amable), que nos llevó a la parada mas cercana.


mi stella y mi cuñado pidiendo cola
en San Giogio
en San Giorgio

3 horas mas tarde, estaríamos llegando a una ciudad que aún no sabíamos lo misteriosa, calida, y hermosa que se encerraba después de una zona gris que nos dio la bienvenida. Y es que definitivamente, la primera impresión de Nápoles no fue la mejor. Afortunadamente, tenía el chance de hacernos cambiar de opinión, tenía 3 días para mostrarse tal como es.

Continuara...