Llegué al Palau de Sant Jordi, aproximadamente a las 7:30. A esa hora, en temporada de primavera, aun hace un sol resplandeciente, intentando ocultarse al horizonte. Con tan solo ver el ambiente externo de la locación, la famosa antena de telefónica de Barcelona en el fondo y un lugar que se parecía mas al olimpo que a una ciudad Catalana, podía uno atreverse de lanzar la premonición que lo que venía iba a ser de otro mundo.
Entramos al Palau, después de una cola que se movió bastante rápido, muy bien organizado. Estábamos ya en la pista, y buscamos un sitio donde pudiésemos presenciar todo el evento sin estar tan cerca como para dejar de apreciar algún elemento de la pantalla gigante que teníamos de frente, ni tan lejos como para ver puntitos en el escenario. El clima estaba perfecto, canciones del rock de antaño, de los 50, 60, swing, soul, blues, mientras apreciábamos algo que suponía ser una foto de una radio antigua acompañada por una botella de Johnnie Walkers y ciertos elementos estupefacientes. Mientras se llenaba aquel estadium, se pudo observar que no estábamos frente a una imagen, ya que comenzamos a notar ciertos elementos, como humo saliendo de la misma, luego una mano tomar la botella y servirse un whiskey, y se tornaba cada vez mas interactivo, cambiando la emisora de radio cuando la canción que sonaba de fondo no era la adecuada para el recinto. Todo como si estuviésemos viéndolo desde una perspectiva de 1era persona. Vaya, tan solo con la espera ya estábamos presenciando algo sin igual.
9:30 en punto, la hora exacta que salía impresa en mi entrada. El escenario se cubre de músicos y las frases iniciales de "in the Flesh" brotan de la boca de un Roger Waters que no esconde el paso de los años, pero que conserva intacto el sentimiento y la experiencia musical recorrida desde los 60's. Un Sant Jordi totalmente hasta el tope coreábamos al unísono, con las manos levantadas. Señores: acabábamos de entrar en otra dimensión. Dimensión de psicodélica, efectos visuales como ningún otro concierto, y una vibra que hacia que hasta el ultimo asiento del Palau se estremeciera. Iniciaríamos un recorrido de canciones clásicas del repertorio Floydiano de Waters y de su carrera como solista. Mother, junto a la participación de una de sus coristas estrellas, fue la segunda de la noche. El público aún no salía de su asombro visual, cuando Roger se atrevió a adentrarnos en el fondo de un space rock, una rola apoteósica floydiana, conocida como "Set the Controls for the Heart of the Sun". Después de esto, nos introducimos en la sección que obviamente esta dedicada al Maestro, al Señor que hizo que diera a luz la mejor banda sobre la faz de la tierra. Una emotiva "Shyne on you Crazy Diamond" con las imágenes memorables de Syd Barret al fondo nos estremeció el corazón. A esta, le vino en consecuencia la interpretación de "Have a cigar" y "I wish you were Here", una de las mas coreadas de la noche, la cual el intro fue una mano gigante girando de la rueda de la radio que nos mostraba la imagen inicial del concierto en el fondo. El tributo se había servido, la gente estaba encantada con lo que nuestros ojos aún no creían estar presenciando. Yo ya podía morir en paz, estaba totalmente complacido, y ahora es que quedaba noche.
Entrábamos en otra onda ahora, "Southampton Dock" sonaba en el fondo, seguida de una "The Fletcher Memorial Home", demostrándonos como la música puede trascender en el tiempo y como no pierde su valor de protesta ante un mundo contaminado de intereses políticos y guerras sin sentido. Luego prosiguió con "a Perfect sense" el temazo que nos mostró junto a un astronauta salido de la nada, rodeando un vuelo cósmico por todo el Palau. Los presentes estábamos atónitos. Paseándonos por repertorio de su propia autoría, prosiguió con otra obra llamada "Living Beirut" con una visual alusiva a los comics, con contenido muy protestante ante la porquería de mundo que están creando Bush y Blair, relatando en primera persona una historia donde nos muestra a un Roger de 17 años sin nada en las calles de la mítica ciudad, siendo ayudado por un ciudadano de Beirut que se quitó hasta la comida de su boca para darle la mano a su prójimo, a él. Sin embargo, esa canción no sería la mas fulminante en demostrar su ideología y su pensamiento antiguerra, porque luego le saldría a su paso "Sheep", sacándonos el apoteósico Cerdo gigante del "Animals" sobrevolándonos llenos de mensajes como "Stop Bush" o la cierta y contundente "All Religious divide us".
Llevábamos hora y media de concierto, y aun siquiera había comenzado a sonar el concepto principal de dicho evento, que era la interpretación del Dark Side Of the Moon de cabo a rabo. Así que Roger se dispuso a tomar un descanso de 15 minutos (exactos, puntualidad inglesa), para regresar con esta obra clásica del rock progresivo.
Desde el comienzo, con un "Speak to Me/Breathe" impecables y una luna gigante en el fondo, nos demostraba que es capaz de imitar con exactitud el sonido del mítico disco. Todas las canciones tuvieron un momento que se metió en nuestros sentimientos y nos estrujó algún recuerdo, el preludio de "Time" (On the Run) y esta misma, estuvieron impecables. Tengo que acotar que en "The Great Gig in the Sky", la chica que interpretó la pieza como solista tenía un registro vocal años luz mejor que las míticas 3 chicas del Pulse. "Money", con sus respectivas escenas de poder, avaricia, codicia, y sexo en el fondo de la pantalla fue muy aclamada, sobretodo por el gigantesco solo de Saxo que hizo que los pelos de gallina salieran a relucir en los presentes. 
"Us and them" fue el perfecto interlude ante una "Any colour you Like" con una lluvia de lasers y un triángulo tridimensional en el techo del recinto, el cual al comenzar "Brain Damage" y prosiguiendo con "Eclipse" soltó su arsenal oculto en el medio, plasmándonos los colores del arco iris de un lado y el láser blanquecino del otro, representando con exactitud la portada del disco que estaba dando culminación. El público eufórico estaba totalmente embelesado, no podía exigir nada mas, el espectáculo había sido impecable de principio a fin. Sin embargo, aún nos quedaba una tercera parte que vendría a cerrar el mejor espectáculo que hayan alcanzado a ver mis humildes ojos.
Después de un público eufórico coreando el nombre de Roger, este, vuelve al escenario para interpretar algunas obras clásicas del otro disco mítico de Pink Floyd: The Wall. Con un solemne "You, YES YOU!!" y un foco señalando a alguna persona en el público, dio entrada a la magnánima "Anothe Brick in The Wall (pt 2)", sin duda, la que generó mas cantidad de gritos y euforia en toda la velada. Extasiados ya, proseguimos escuchando y apreciando el festín visual de la mano de "Bring the boys back home", haciendo referencia a la guerra de Irak. Cuando ya no se podía pedir más, llegó el final del concierto, con mi canción favorita de Pink Floyd (y quizás la de la mayoría de los fans), la cual contiene --según todas las encuesta realizadas por revistas especializadas como guitar world-- el solo de guitarra mas emblemático y alabado en la escena del rock: Nada mas y nada menos que "Comfortably numb", demostrándonos que Roger sigue reinventándose, metiendo historias dentro de otras y mostrándonos que a pesar de que nos monta una obra conceptual como lo es Dark Side of the Moon, puede aún encerrarla en una mayor conceptualización en torno a sus vivencias, ya que Comfortably Numb nos enseña a un joven caído en las drogas, pensativo en un sofá, en un dormitorio, con una botella de Johnnie Walkers, y si, un radio de antaño a su lado, la misma radio que hemos estado apreciando desde aún antes del comienzo del evento. Se cerraba el ciclo, se encendían las luces, y volvimos al planeta Tierra.
Grabé algunos temas del concierto. Hubiese querido grabar aún mas, pero mantener mis manos levantadas con la cámara y haciendo milagros para que no me la vieran porque me la podía quitar (en la puerta decía bien grande que no se permitían camaras semi o profesionales) fue un trabajo algo arduo. Espero que lo disfruten (se ven en excelente calidad), yo en particular cada vez que los veo me entra una nostalgia tremenda.
Link: sevenload.com
Breath
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Time
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Another Brick in The Wall Pt. 2
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A pesar de haberle dado un tiempo a esta reseña para pasar la euforia y el asombro, sigo pensando sin duda alguna que fui afortunado de presenciar el mejor concierto que pueda llegar a ser participe durante toda mi vida. Y es que es increíble, notar que habían niños de 12 años, jóvenes de 17, jóvenes de 25, jóvenes de 40, y hasta jóvenes de 60 años, todos unidos y disfrutando de una misma música, una música que nos une y sigue siendo un valuarte del Rock después de tantísimos años que se suponía caducaba su vigencia. Pocos artistas logran esto, y casi ninguno logra repetir consecuentemente la hazaña en un Tour Mundial, y a los 63 años de edad.
Roger, gracias por aquel 21 de abril del 2007 que quedará grabado en la memoria de miles de personas que lo presenciamos.
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