Día 1.
Todo comenzó un miércoles 07 de marzo en la madrugada, vía al aeropuerto internacional de Barajas (Madrid). Tiempo lluvioso, algo más frío que los días anteriores.
El viaje transcurrió sin novedades, una escala bastante corta en Milán, para dar paso al avión que nos llevaría a la zona Sur de la tradicional Italia. El destino estaba servido, y la aventura comenzaba.
Si me hubiesen dicho en un principio lo extenso del trayecto que estábamos a punto de realizar mi esposa, mi cuñado, y mi persona, quizás hubiésemos titubeado y descartado la posibilidad. Nuestro viaje se centraba a los confines del centro de la Italia meridional en busca de la comuna di Calvi, donde debía presentarme para finiquitar mi proceso de nacionalización como Italiano (debido a que soy descendiente directo). ¿Por que hasta allí? porque los consulados en Venezuela lamentablemente no cumplen bien su trabajo, y me urgía tener un documento que me certificara como comunitario, así que nos decidimos en emprender un viaje en búsqueda de mi carta de identidad italiana. Mas o menos así era el recorrido, en forma gráfica:
Y llegamos a Nápoles. Vaya, definitivamente no nos esperábamos esto. El día no ayudó mucho, estaba lloviendo a cantaros, todo estaba gris, y el camino del aeropuerto a la estación principal de Metro lucía horrendo, como ir de la Bandera a Capitolio por mero centro de Caracas. Algo que definitivamente, no te esperas para una ciudad europea. Al llegar a la estación de buses y metro, nos tocaba averiguar como ir hasta el albergue donde nos hospedaríamos, para poder hacer el chequeo y partir luego a la travesía a la Comuna di Calvi, provincia de Benevento.
Luego de notar lo maltrecha de la línea 2 del metropolitano (metro de Nápoles), y tardarnos aproximandamente 40 minutos en solo 4 estaciones de metro, llegamos al albergue. Bastante bien para el precio, nada de que quejarnos. Luego, devolvernos nuevamente a la estación central de buses a ver como carrizo llegábamos al destino. Estábamos ya en contra reloj.
Cabe destacar que a pesar de lo visualmente desordenado, los medios de transporte funcionaban, y funcionaban bien. Sin embargo, el tiempo que habíamos estimado para llegar al lugar se multiplicó por 2, por las lluvias torrenciales y porque en realidad era mucho mas lejos de lo pensado. Tomamos un bus que nos dejó en Benevento, cuyo recorrido tardaría 2:30, para luego bajarnos de el y subirnos directamente a otro, donde duraríamos 30 minutos más hasta llegar a la comuna di Calvi. Si le sumas a esas 3 horas, 2 viajes de Madrid-Milán, Milán-Nápoles y una travesía para atravesar Nápoles, imagínense como estábamos. Pero no importaba el cansancio, habíamos llegado y no lo podíamos creer. Es algo que definitivamente estaré orgulloso de contarles a mis futuros hijos.
Nos encontramos en la Comuna di Calvi...vaya, luce muy bonito, parece la colonia Tovar, con la excepción de que Calvi solo es...una calle. Asombroso, un pueblo apartado del mundo, como que si ni la globalización ni MacDonalds pudieron llegar hasta él. Pensé que esos lugares ya no existían. Cuando entramos por la puerta de la administración de la comuna, nos trataron de verdad tan bien que no creíamos que estábamos allí. La gente demasiado amable, el Anagrafe (el señor que transcribe los documentos y genera las cartas de identidad) se mostró muy atento y nos estaba esperando, debido a las constantes llamadas que realizamos antes de decidirnos de partir desde Madrid. Transcurrieron aproximadamente 20 minutos, y yo ya era italiano con papeles en mano...y pensar que para esos 20 minutos, tardaron mis documentos más de 2 años y medio en salir de Venezuela.
La anécdota del momento fue cuando nos despedimos del señor y le preguntamos en donde podíamos tomar un bus que nos retornara a Benevento, para luego de allí ir a Nápoles, y este vea su reloj, note que son mas de las 5 de la tarde, y nos diga que "ya a esta hora no hay buses por aquí."..nosotros ":o :o"..."y un taxi, donde podemos tomar un taxi"...el señor responde: "este sitio es tan pequeño que ni siquiera tenemos taxis, pero la gente es muy amable y de seguro les dan un aventón a San Giorgio, y de allí esperan el bus"...pues, a pedir cola, gracias a Dios, conseguimos a un tío amable (ya no era raro, nos dimos cuenta que todo el mundo era muy amable), que nos llevó a la parada mas cercana.
3 horas mas tarde, estaríamos llegando a una ciudad que aún no sabíamos lo misteriosa, calida, y hermosa que se encerraba después de una zona gris que nos dio la bienvenida. Y es que definitivamente, la primera impresión de Nápoles no fue la mejor. Afortunadamente, tenía el chance de hacernos cambiar de opinión, tenía 3 días para mostrarse tal como es.
Continuara...
6 comentarios:
Hola, pues a mi Napoli la primera vez que la vi me parecio estar en Venezuela y para nada en el "primer" mundo!. De todas maneras es muy bonita!!. Sobre los pueblitos perdidos en el espacio, es algo que en Italia sobra, la gente vive solo a 30 minutos de una ciudad y parece que nunca la hubiesen visitado. Al inicio decia "si yo vivo cerca de Caracas a 3 horas" pero ahora se que 3 horas aqui significa pasar por al menos 5 o 6 pueblos/ciudades!!!
Pues, es asi. En la proxima entrada daré mi percepcion completa de Napoles, cabe destacar que me fui muy contento de esa ciudad.
Gracias por tu visita.
Hola cielo! yo añadiria un detallito, al salir del metro nos encontramos la "estación de autobuses", que no era más que una acera en la calle (no nos habiamos percatado de esto todavía). La primera taquilla que encontramos en la acera era por suerte la que vendia entre otros, billetes para el autobus a Benevento. Cuando mi hermano pregunta "donde se espera el autobus?" y el señor dice, "ahí atrás, viene en 15 mintuos" y miramos por detrás de la taquilla y era la acera...nuestra cara no era normal, no lo podíamos creer!, hasta la bandera y el big low tienen techo, estacionamiento, etc. Pero ahi esperando bajo la lluvia con 2 paraguas para 3, comiendonos los sandwich que había llevado, como pollos mojados, nos dimos cuenta que habia un cierto orden en ese desorden. Los horarios estaban organizados de tal manera que no hubieran más de 4 autobuses al mismo tiempo en la acera. Mientras esperábamos mi esposo (el relator) no paraba de moverse y decir "no vamos a llegar, no vamos a llegar". Yo en otra situación hubiera dicho amablemente "tranquilo que si llegamos" pero lo que me salió fue un nervioso grito " calla! que si vamos a llegar!". Efectivamente en 15 minutos como un reloj, llegó el autobus y partimos a Benevento.
Ves amor? Se te habia olvidado ese detalle, no hay que perder la esperanza, te lo he vuelto a demostrar...Si que llegamos!! :)
coño... habran pasado una que otra roncha, pero como envidio no hablerlas pasado yo, Rómulo, Adriana, estan en una malvada pelicula europea!!!!
como me hubiera gustado acompañarlos en ese viaje
= (
Oye Minos te ha quedado muy chévere esta primera parte de esta detallada crónica de viajes. La verdad es que parece mentira que existan en el mundo regiones tan encantadoramente bucólicas. Desde ya he quedado con ganas de leer la continuación pero bueeee...
¡Esperaremos entonces!
un abrazo
si amor, no hay que perder la esperanza (K).
Quiero irme a Italia :(
Dhers, pronto te veré por aqui, lo se, o asi no nos veremos por Canadá, who knows.
Victor, de verdad es increible que hayan zonas tan hermosas que no han sido tocadas por "el desarrollo", hehe. Supongo que vivir ahi despues de retirado y con mucho dinero no debe estar nada mal.
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